domingo, 21 de julio de 2013

Julieta Venegas: mestizaje en una voz culta



Basta ya de vivir en la melancolía
basta ya de pensar que mañana es otro día
la vida no es para esperarla es para vivirla

(Alguien, Julieta Venegas)



Si hay una cantante a quien siempre defenderé “a capa y espada” por su autenticidad y eclecticismo, siempre dentro de la honestidad de la música mexicana actual, ella es Julieta Venegas.
He de confesar que al escucharla en sus primeros años, no me encantaba su música. Reconocía en ella un estilo tan particular sin referentes previos (sin la sombra de alguna otra cantante detrás suyo), algo que se agradece en un tiempo donde la imitación artística es el pan diario. En ese tiempo la crítica hacia Julieta era muy buena en medios de comunicación del gremio del rock y yo reconocía en ella un gran potencial en su música, visualizándola siempre con su inseparable acordeón. Como persona siempre me ha parecido muy abierta y carismática, y saberla de origen fronterizo (de Tijuana, Baja California), le ha otorgado para mí, doble simpatía.


La primera vez que la pude escuchar en vivo fue en 2002, cuando fue telonera de los Cranberries en el Auditorio Nacional con motivo del disco Wake up and smell the coffee, mientras el repertorio de Julieta ya incluía Bueninvento, disco del que me enganchó la canción Sería feliz, toda una declaración de principios. En ese tiempo y en años previos participaba en múltiples festivales de contracultura, dando una versión femenina de contrapeso en el rock izquierdista.
Al contrario de quienes criticaron su giro hacia el pop en 2003, con su disco , yo comencé a defenderla porque noté una acertada inclusión en su gama cromática, sin dejar a un lado su irreverencia y una sensualidad natural. De sus primeros discos debe reconocerse la originalidad lírica, pero había canciones difíciles, porque la densidad de ciertos sentimientos no los hace de fácil escucha para un público mayor. Hace unos días comentaba a alguien que ni toda la música comercial es basura ni todo el underground es de culto, y justo Julieta es un ejemplo estratega entre los dos ámbitos. Aunque muchos de sus primeros escuchas le han tirado tierra diciendo que se vendió al comercializar su trabajo, yo noto que ella amplió el horizonte sin corromperse. Si eres talentoso, no hay más, en algún tiempo te llegará el reconocimiento, y si estás vivo para disfrutarlo qué mejor.



La lírica sencilla (que no simple) de Julieta en los discos , Limón y sal y Otra cosa siguió siendo analítica como en sus primeros trabajos, con la diferencia de que se volvió más luminosa y ese factor le permitió llegar a un mayor público, que cada vez se ha ido internacionalizando. Sigo aplaudiendo ese logro porque la música honesta debe enfrentar al mundo sin fronteras lingüísticas y culturales, y ella va representando a México por muchos países, gracias a su visión del mundo tan original, a su fusión sonora, su apertura y su talante.
Además de admirarse que en ningún disco se ha repetido a sí misma, cada uno es hijo de su momento, otro aspecto sumamente reconocible del eclecticismo de Julieta es su constante inquietud por participar en proyectos alternos: hay una lista grandísima de colaboraciones en soundtracks, duetos y homenajes en los que ha participado.



He de destacar, dentro de las participaciones que conozco de Julieta, aquellas que más me agradan o me llaman la atención. Desde finales del siglo XX con el boom de los tributos a… Julieta fue invitada a muchos de estos discos sui géneris, dando siempre su toque personal a cada canción, con el debido respeto, pero actualizando los temas a las necesidades del tiempo presente. Destaco El triste (de José José, 1998), Disco eterno (de Soda Stereo, 2001), Corre dijo la tortuga (de Joaquín Sabina, 2004), Serenata sin luna (de José Alfredo Jiménez, 2004), A callarse (poema de Pablo Neruda, 2004) y Sin documentos (de Andrés Calamaro, 2006).  
De sus colaboraciones en discos de otros músicos, mis temas a destacar son Luna de miel y Música de automóvil con Mastretta, Todo es mentira con Fangoria y Niños con Pedro Guerra, tres ejemplos de la capacidad de adaptación de Julieta a distintos géneros y estilos de la música contemporánea a la que le sobra la etiqueta del género, siempre que sea hecha con honestidad y calidad. Pero para saber la diversidad de sus colaboraciones puntuales, basta dar un vistazo a una lista exhaustiva en su biografía de Wikipedia, para encontrar a los músicos y cantantes con quienes ha participado.
Hay una anécdota curiosa que escuché en voz de la mismísima Mercedes Sosa. Cuando la gran dama latinoamericana se encontraba preparando su disco Cantora, de duetos, que sin saberlo sería su obra póstuma, hubo una voz que la cautivó en el radio que cantaba el verso: "Eres para mi, me lo ha dicho el viento. Eres para mi, lo oigo todo el tiempo". Mercedes dijo: "quiero que traigan a esa cantante". Días después Julieta sonreía amenamente con la madre del folclor argentino y juntas grabaron el tema Sabiéndose de los descalzos, del disco debut de Venegas.
Dentro de las bandas sonoras para el cine, su tema Me van a matar para la película Amores Perros (2000) es quizá la más conocida, pero hay otros temas originales o versionados por Julieta de alta calidad, entre ellos Acaríciame (BSO Demasiado amor, 2000), El listón de tu pelo a dueto con Pau Donés de Jarabe de Palo (BSO Asesino en serio, 2002), Mi principio y Miel con veneno, (BSO Quemar las naves, 2007) Abel (BSO Abel, 2010), Antes y después de la vida (BSO Hecho en México, 2012).


Volví a ver a Julieta en vivo en aquel concierto de homenaje en vida a Rita Guerrero, en diciembre de 2010, que convocó a los músicos que por generación o espíritu continúan en pie de guerra a pesar del sistema tan hostil que nos rige. Hoy sigo esperando la oportunidad de verla de nuevo en el escenario, ya en exclusividad, porque con los años mi admiración a su trabajo y a su persona se ha incrementado.
Independientemente de mi afinidad, creo que la voz de Julieta Venegas merece ser escuchada más allá de sus canciones, por su experiencia personal, es una mexicana que al salir del país, volver a él y estar inmersa en la cultura, da puntos de vista siempre interesantes, para una sociedad aletargada que requiere salir del ensimismamiento. En 2013 con apenas 42 años, Julieta tiene una trayectoria consolidada y siempre prometedora. Actualmente promociona Los momentos, su sexto disco de estudio, una gira de tuerca en su sonido que la ha llevado a recorrer muchos foros europeos y que seguramente la hará recorrer muchas ciudades de México y América, donde ya es un referente de nuestra cultura mestiza, porque como cantaría Pau Donés “en lo puro no hay futuro, la pureza está en la mezcla”.



Discografía

Aquí (1997)
Bueninvento (2000)
(2003)
Limón y sal (2006)
MTV Unplugged (2008)
Otra cosa (2010)
Los momentos (2013)



No hay comentarios: